Spam es cualquier mensaje enviado a varios destinatarios que no solicitaron específicamente tal mensaje. Por eso es conocido el spam como el correo electrónico basura.
Las personas que envían spam generalmente compran o generan una lista de direcciones de e-mail a los cuales les envían los mensajes. El origen de estos mensajes tienden a ser "falsificados," para ocultar quién realmente las envió.
Las personas que envían spam generalmente compran o generan una lista de direcciones de e-mail a los cuales les envían los mensajes. El origen de estos mensajes tienden a ser "falsificados," para ocultar quién realmente las envió.
Una acuciosa y detallada investigación realizada por Messaging Anti-Abuse Working Group (MAAWG), grupo internacional comisionado por Yahoo, Time Warner y AT&T, entre otros, pone de relieve los mecanismos que convierten el molesto spam en una situación permanente. Desde hace varios años, la gran mayoría de mensajes de correo electrónico circulante en el mundo entero corresponde a la categoría spam. Aparte de promocionar productos y servicios de dudosa reputación, gran parte del spam es usado además para propagar código maligno. Esto último se consigue induciendo a usuarios incautos a hacer clic en enlaces donde se les prometen desde control de seguridad del PC hasta fotografías de famosas desnudas. El spam maligno suele además aprovechar la actualidad noticiosa; la muerte de Michael Jackson dio origen a una verdadera avalancha de mensajes y ofertas. Según MAAWG, entre el 85 y el 90% de todo el correo electrónico es spam. Symantec, por su parte, sitúa tal porcentaje en 80 puntos. La investigación se basa en entrevistas con 800 usuarios de Internet en Estados Unidos y Canadá. El sondeo sería representativo de los usuarios corrientes, explica MAAWG. Aunque el nivel de conocimientos de los encuestados variaba, el estudio excluyó a los expertos en TI. Otra condición era que la dirección de correo electrónico no fuese administrada por la empresa en la que el entrevistado trabajaba. Dos terceras partes de los encuestados dijeron tener
"grandes conocimientos" o "algunos conocimientos" sobre seguridad en Internet. La mayoría dijo tener instalado un filtro anti-spam en su PC. Alrededor del 21% de los encuestados dijeron no tomar medida alguna para contener el spam. Uno de cada tres encuestados dijo evitar dar su dirección de correo electrónico por doquier. Uno de cada cuatro dijo tener una dirección de correo específica, usada en sitios que podrían generar spam. Cuatro de cada cinco encuestados dijeron estar conscientes del vínculo entre las redes zombi, o botnets, y el spam, aunque solo uno de cada cinco encuestados creyó posible que su propio PC se convirtieran en zombi. Alrededor del 50% de los encuestados dijeron nunca hacer clic en enlaces sospechosos. El mismo porcentaje dijo haber hecho clic en enlaces aún sabiendo que era spam. Las explicaciones dadas al respecto son variadas: El 17% dijo haber hecho clic por error. El 13% dijo "no saber". El 6% dijo haber hecho clic "para ver qué ocurría". El 12%, equivalente a uno de cada seis encuestados, dijo haber hecho clic al sentir interés por el producto o servicio anunciado. Anteriores encuestas han concluido que solo es necesario un índice de respuesta inferior al 1% para que un envío de spam sea considerado "altamente fructífero". La conclusión es que si uno de cada seis usuarios de Internet hace clic deliberadamente en enlaces que supone pueden llevarle a productos o servicios peligrosos (como código maligno) o exentos de cualquier control, entonces no es extraño que el spam se haya convertido en un fenómeno permanente e imparable.
"grandes conocimientos" o "algunos conocimientos" sobre seguridad en Internet. La mayoría dijo tener instalado un filtro anti-spam en su PC. Alrededor del 21% de los encuestados dijeron no tomar medida alguna para contener el spam. Uno de cada tres encuestados dijo evitar dar su dirección de correo electrónico por doquier. Uno de cada cuatro dijo tener una dirección de correo específica, usada en sitios que podrían generar spam. Cuatro de cada cinco encuestados dijeron estar conscientes del vínculo entre las redes zombi, o botnets, y el spam, aunque solo uno de cada cinco encuestados creyó posible que su propio PC se convirtieran en zombi. Alrededor del 50% de los encuestados dijeron nunca hacer clic en enlaces sospechosos. El mismo porcentaje dijo haber hecho clic en enlaces aún sabiendo que era spam. Las explicaciones dadas al respecto son variadas: El 17% dijo haber hecho clic por error. El 13% dijo "no saber". El 6% dijo haber hecho clic "para ver qué ocurría". El 12%, equivalente a uno de cada seis encuestados, dijo haber hecho clic al sentir interés por el producto o servicio anunciado. Anteriores encuestas han concluido que solo es necesario un índice de respuesta inferior al 1% para que un envío de spam sea considerado "altamente fructífero". La conclusión es que si uno de cada seis usuarios de Internet hace clic deliberadamente en enlaces que supone pueden llevarle a productos o servicios peligrosos (como código maligno) o exentos de cualquier control, entonces no es extraño que el spam se haya convertido en un fenómeno permanente e imparable.
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